El vagabundo me tendió la mano, no esperaba dinero solo quería saludarme, como me conocía es raro cuando alguien que jamás has visto de pronto te saluda familiarmente, no soy un mafioso ni nada por el estilo, solo quiero hacerme respetar.
Llevaba el individuo sus harapos como el caracol, con su casa de andrajos acuestas cualquier banca es su habitación, me saludo y me pregunto; ¿Cuántos amores a tenido en su vida Licenciado? Comencé a contar en mi memoria mi estúpida vida romántica que nada le importa a este linyera (Indigente), seguía sorprendido por su familiaridad, estaba completamente loco el tipo.
No sé porque pero me senté a su lado, la madrugada me regalo el mas helado grito, la nieve no paraba de caer, calentando el ambiente de color gris, las sensaciones estaban más que nunca comprometidas a arder, el enero que estaba viviendo era un mes único en mi vida había ganado demasiadas cosas el año pasado., los médicos me habían desahuciado creyeron que moriría en noviembre los meses que le arrebatara a la muerte, eran ganancia, mis acciones subían sin parar, mi hija ya no era colegiala, aunque no me hablaba se que está muy bien.
Los cheques que le mando ya no los cobra nadie, mi esposa descansa en el cementerio a veces la veo y le comento, como voy con mi dolor, pero no puedo recordar el calor del cuerpo de Adriana.
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